Cómo tomar decisiones

Los empresarios están acostumbrados a tomar decisiones continuamente. Es una de sus principales funciones. Os damos algunos consejos que todo emprendedor debe tener en cuenta a la hora de tomar las mejores decisiones.

Recomendaciones a la hora de tomar decisiones

1. No te precipites y reflexiona

Antes de tomar una decisión, es importante pasar por su antesala. Por el espacio en el que definir los puntos a favor y en contra, enumerar los recursos disponibles y las variables que afectarán a la decisión final. Un sistema de preguntas y respuestas, en positivo, puede ser una buena técnica que te ayude a visualizar las consecuencias de la elección y, por tanto, te marque el camino. Es importante no obsesionarse, pues se puede retrasar hasta que sea el momento oportuno.

2. Es tu decisión, así que piensa en ti

Como emprendedor, tienes la última palabra. Escucha consejos, opiniones y críticas, pero no te dejes influenciar por el qué dirán. Los datos te ayudarán a contextualizar la elección y centrarte en el problema que quieres resolver. Formarte como empresario y documentarte mejorarán tu visión. Busca la opinión de un experto o profesional en la materia, pero toma tu propia decisión.

3. Agiliza las decisiones fáciles y económicas y retrasa las costosas y difíciles de corregir

No todas las decisiones tienen las mismas consecuencias. Por eso, ante la duda, es mejor agilizar las fáciles, rápidas de aplicar y con márgenes de error poco costosos. En cambio, cuando se trate de una elección que pueda afectar a la solvencia o estructura de la empresa y cuyo error sea difícil de corregir, es mejor esperar a tener el máximo número de datos.

4. Analiza bien los datos y deja a un lado las emociones

Una vez tengas todos los datos que necesites y el escenario más fiable encima de la mesa, es importante que lo analices, dudes y hagas preguntas sobre ellos. Cuanto más objetivo seas, más fiable será el resultado. En las decisiones empresariales, es mejor dejar de lado las emociones.

5. No lo retrases

Con toda la información, llega el momento de lanzarse a la piscina o quedarse en la orilla, pero hay que decidir. Retrasar las cosas sin fecha precisa solo conduce a la parálisis y creación de obstáculos para avanzar. Retrasar es también una decisión, pero forma parte del terreno de la ambigüedad. Si no lo vas a hacer, da carpetazo al tema. Y, si lo vas a hacer, continúa hacia adelante sin parar.

Aquí tienes el manual de instrucciones, pero falta tu determinación. ¿Qué te parece?