Facetas emocionales de los emprendedores

Claves para superar baches emocionales

Emprender es un proceso que puede llevar aparejados numerosos estados emocionales, pues se trata de invertir en una idea que nadie sabe con certeza si va a funcionar. No estamos hablando solamente de inversiones de dinero, sino también de importantes inversiones de tiempo, de esfuerzo e incluso de ilusión. Por ello, no es de extrañar que el emprendedor pase por diferentes fases durante el lanzamiento del nuevo proyecto.

Los sentimientos en la creación y consolidación de un negocio

– El Miedo.- En este caso, el miedo al fracaso es una de las emociones más fuertes en este proceso. Es una reacción humana normal ante un posible peligro, esto permite que la persona pueda estar prevenida y prepare soluciones de antemano. Hay que afrontar la situación como una fase de aprendizaje, en la que se aprenderá de los errores para no volverlos a cometer.

– La inseguridad.- Estamos hablando de un negocio que no se ha probado con anterioridad, por lo que es completamente lógico sentirse inseguro sobre el futuro del mismo. Lo mejor en este caso es fijarse una meta e intentar dividirla en pequeños objetivos alcanzables, así podrás ver cómo vas acercándote de forma segura a lo que te habías propuesto.

– El desánimo.- Muchas veces se colocan grandes expectativas al inicio de una startup para después desanimarse cuando no se logran esos objetivos en un corto plazo de tiempo. En esta fase, es clave ver cuáles eran los motivos por los que se fundó la empresa y seguir luchando por lo que se cree hasta conseguir el éxito de la misma.

– La preocupación.- Se trata de augurar posibles problemas con el funcionamiento de la empresa, antes incluso de que estos sucedan. Hay mucho en juego, por lo que es perfectamente comprensible tener esa preocupación en el cuerpo. Lo ideal es que te enfoques en las cosas que puedes hacer en el presente y en rodearte del mejor equipo.

– La vergüenza.- La vergüenza ante el fracaso o a la hora de reconocer que se han hecho las cosas mal. Es una situación complicada de afrontar cuando el negocio no ha salido como esperabas, pero debes coger el toro por los cuernos y reconocer que no has alcanzado el objetivo deseado. Debes sentir orgullo por haberte arriesgado, pues era la única forma de saber si iba a funcionar.

– La soledad.- Aunque cuentes con el apoyo de tus seres queridos, la verdad es que estás al mando del barco y ese tipo de decisiones crean una enorme sensación de soledad. Para evitar eso, puedes relacionarte con otros emprendedores que puedan entender tu situación.

Los baches emocionales son una constante durante el proceso, lo más importante es saber cómo afrontarlos para que no se conviertan en un problema mayor. ¿Qué opinas?