La fijación de objetivos es una labor fundamental dentro de la empresa para determinar el rumbo a seguir y para evaluar la realización de las metas parciales, de tal manera que uniendo fuerzas dentro de la organización se llegue a un mejor resultado para todos.

Es importante medir las fuerzas y objetivos, ni pasarse ni quedarse corto, midiendo el ímpetu que mostramos a la vez. Los objetivos deben ser realizables, puesto que si son demasiado ambiciosos pueden crear desánimo, frustración e incluso problemas entre los miembros. Por el contrario, unos objetivos demasiado bajos tiran por alto nuestro potencial y posibilidades, obteniendo resultados inferiores a los que podríamos conseguir.

En definitiva, se debe ser honesto evitando dejarse llevar por modas, por la emoción o el impulso. Es fundamental saber cuáles son nuestras circunstancias sin contaminarnos con otras perspectivas que no tienen nada que ver con la realidad, puesto que son mensajes interesados que tienen como objeto incidir sobre la estrategia que queremos desplegar.